viernes, 9 de julio de 2010

Arcadas


Es lo que me produce toda la situación que rodea la participación de la selección de fútbol en el Mundial de Sudáfrica 2010. Aquí, como en casi todo en la vida, hay dos puntos de vista. Uno, el que nos quieren vender los medios de comunicación (prostituidos a más no poder): que si somos los mejores del mundo, que si todo un país unido apoyando a un equipo, que si todos con la roja y demás tipos de sandeces (previo menosprecio al resto de participantes, of course), consultas a cefalópodos adivinos, "periolistos" tertulianos que apenas saben escribir y/o hablar y demás faranduleo que intentan vendernos como deporte. El otro, el real -el que esos medios de comunicación intentan tapar- : que esto es un espectáculo de pan y circo para el pueblo (a este paso, cada vez menos pan -que se lo pregunten a los sudafricanos- y más circo por la cantidad de payasos -en el sentido peyorativo de la palabra- que rodean al evento), al más puro estilo de los romanos, para mantener a la población entretenida y que no piensen en otros asuntos "menores", léase paro, corrupción política y económica, saqueos de los bancos hacia la población con la aquiescencia de los gobiernos (sean del color que sean)... en definitiva, qué mas da estar en el paro, sin blanca, que se destruyan empleos con la excusa de la crisis económica mundial... da igual! Total, somos campeones del mundo y con eso ya se come! Da igual que las empresas hagan EREs porque dicen que no tienen dinero, pero que reserven partidas presupuestarias para publicidad, patrocinios... y para untarles 600000€ a los pobres futbolistas, que está la cosita muy mal y hay que arrimar el hombro con ellos, no? Además, ya lo dicen los gurús del marketing (aunque en petit comité): “que tengamos una situación económica temporalmente complicada que obliga a reducir personal, no significa que tengamos que renunciar a las estrategias de comunicación, y si hay que echar a la calle a unos cuantos para que nuestro logo aparezca en los photocall y en las camisetas de los jugadores, pues se hace y ya está”. Claro, no vaya a ser que se pierda cuota de mercado. No estaría mal que a algunas de esas cabezas pensantes del marketing (más llenas de cifras que de humanidad o moral) se les diera la vuelta la tortilla y fueran ellos los que tuvieran que irse a la calle... o, mejor aún, que a sus maridos, esposas, hijos, etc, les aplicaran un poquito de esa medicina que ellos aplican día a día: dejar a alguien en el paro, no porque haya desempeñado mal su trabajo, sino porque “la empresa en estos momentos tiene otras necesidades”... Ya veríamos cómo sus pensamientos cambiaban radicalmente. A todos ellos les digo que la publicidad, igual que vale para ganar clientes y con ellos dinero, también debería servir para perderlos y que las empresas son lo que son gracias a los trabajadores, antes que gracias a los consumidores. Pero bueno, todo eso da igual! Lo importante es ponerse una prenda roja (o gastarse 80€ en la camiseta oficial), ir a la plaza del pueblo y ver el partido en una macropantalla, normalmente con el patrocinio de empresas privadas y ayuntamientos (sí, esos mismos que dicen que tienen que seguir una política de austeridad, despilfarran el dinero público en un acto tan imprescindible como ver un partido de fútbol... que dan por la tele en abierto!), eso sí, para asistir al evento acorde a la ocasión, no se puede ir de cualquier manera. Hay que hacerlo acompañados de las memeces propias de estos momentos, por ejemplo: pintarse la cara, vestir al perro con los colores del equipo, soplar una trompeta de plástico como si nos fuera la vida en ello y, lo mejor de todo, que no falten muchas banderitas: en las ventanas, a modo de capa, en las antenas de los coches... Vaya, vaya... parece que cuando en Galicia, Catalunya o Euskadi exhiben sus banderas, son unos nacionalistas, independentistas, separatistas y otra suerte de descalificativos... pero, en este caso es otra cosa, eres un "guay" por llevar la banderita de los cojones. Todavía recuerdo cómo en este país se suele criticar a argentinos y brasileños cuando ganan títulos con aquello de "míralos qué contentos, sin un puto duro, sin trabajo, en muchos casos con problemas de hambre, delincuencia y sistema educativo... y para el fútbol sí que tienen dinero y salen a la calle a manifestarse"... y aquí se está haciendo lo mismo! Pero claro, aquí “somos guays, porque somos de la roja” (por cierto, curioso color para una selección tan “nacional”) Ya se sabe, vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Viva la masturbación colectiva de los medios! Enmedio de esta manipulación “informativa” (?), los que no pensamos igual ni siquiera podemos mantener un debate medianamente civilizado, porque no se respetan las ideas del diferente, simplemente por eso, por ser diferente, no tener sus mismos argumentos y, en definitiva, no seguir la corriente de aborregamiento colectiva. Entonces, eres antiespañol, revolucionario, quieres llevar la contraria o, directamente, es que eres tonto del culo: “Tú verás chico, o sigues el camino que nosotros marcamos o te marginamos. No dirás que no somos generosos, te damos la oportunidad de elegir tu destino, tío” (léase con el tono del deNiro más sádico y psicopático). Ya está, los poderosos han conseguido lo que querían, adoctrinarnos, someternos a sus voluntades políticas y de consumo y encaminarnos como un rebaño hacia el pensamiento único: Bienvenidos a la dictadura de la mayoría. El gran problema es que no nos educan en el espíritu crítico, intentan adoctrinarnos con esa dictadura de las mayorías a la que llaman -imagino que por una cuestión eufemística- “democracia” y que con ello se perpetúe un modelo rancio, instalado en el fanatismo y que aboga más por la autocomplacencia y la ignorancia que por la autocrítica (base de todo crecimiento y de la libertad) y la cultura.

Dicho esto, que el domingo os preste. Afortunadamente esto son ciclos (que se lo pregunten a la selección francesa), así que...

VIVA EL FÚTBOL, MUERTE A LA MEDIOCRIDAD.

Este artículo está dedicado al que compró LA bandera por ebay y al que me alegró con su camiseta esta mañana: vosotros ya sabéis quiénes sois.

1 comentario:

  1. Lo único que digo es que está claro, no se puede ni debe marginar a nadie por pensar diferente, por dar una opinión que no nos convenza o por tener argumentos que, a lo mejor, no entendemos, en eso es muy posible que nos equivocasemos, pero a cerca del resto.... sabes de sobra lo que opino.

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